viernes, 29 de julio de 2011

ANOTACIONES SOBRE LA PRODUCCIÓN PERIODÍSTICA DEL Y PARA EL HOMEN-MÓVILIS

Los primeros teléfonos móviles hicieron su aparición en Argentina en el año 1989, en la ciudad de Buenos Aires. El primer aparato que fue vendido en el mercado pesaba 800 gramos y era casi como un teléfono hogareño, con una larga y enorme antena que permitía captar las señales de otras terminales telefónicas. El sistema funcionaba a través de canales de radio analógicos de 450 MHz. Sólo unos pocos podían tenerlo, debido a su altísimo costo y su gran tamaño, que lo hacían poco atractivo para el uso cotidiano.

Con el paso de los años creció paulatinamente el número de usuarios de teléfonos móviles -hoy existen 50,4 millones de aparatos sólo en Argentina, más de uno por habitante-. Al mismo tiempo,  la tecnología modificó los dispositivos, transformándolos en lo que son en el presente: pequeñas computadoras de bolsillo. 

En todo el planeta, más de 200 millones de usuarios acceden a Facebook a través de su teléfono, 87 millones twittean con el, y cada día se ven 200 millones de videos de Youtube vía celular. (Cifras del Centro de Investigación para la Industria de Medios & Entretenimiento en Latinoamérica)
El uso masivo de este aparato se apoya en las potencialidades que brinda: el celular permite además de realizar llamadas de corta, media y larga distancia, mandar mensajes de texto, conectarse a Internet, tomar fotografías y videos, escuchar música o radio, llevar una agenda y manejar un software amigable de gran utilidad, entre otras funciones de avanzada como mirar televisión en alta definición o jugar en red (Tecnología 3G)

Telefonía móvil: una herramienta básica para los comunicadores

El hombre moderno es el homen-móvilis del presente, y la necesidad de estar permanentemente informado y conectado con lo que lo rodea se acentúa en aquellos que trabajan en los medios de comunicación. Estos se apropiaron del teléfono móvil como una herramienta básica que no puede faltar en las redacciones, las radios y los canales televisivos.

En este sentido, Clay Shirky asegura que antes era más dificultoso mover palabras, imágenes y sonidos desde un creador a un consumidor, teniendo en cuenta que la parte más costosa en la mayoría de las empresas de medios es la de gestionar el problema de la distribución. Según el autor de “Here comes Everybody”, las empresas pudieron ejercer mucho control sobre el contenido de los medios, y extraer considerables ganancias, una vez que resolvieron este problema.

Rodrigo López Sclauzero es testigo viviente de esta transformación. El periodista, editor de la página oficial del programa Bien Temprano y fundador del portal web Info341, da a los teléfonos móviles un lugar esencial dentro de la tarea del periodista: “El celular, de por sí tiene hace varios años una función que es fundamental en la cobertura periodística que es la de poder hablar con él. Desde el momento en que permitió una comunicación móvil,  fue importante para cualquier cobertura porque desde el lugar podías contar lo que estaba pasando en ese momento, tomar testimonios y, eventualmente, recibir algún tipo de información vía mensajes de texto y demás. Obviamente con el paso de los años y la tecnología esto se fue modernizando y permitió que estos aparatos, más allá de poder hablar desde donde estabas, te permitan transmitir no solo imágenes, sino también videos o algún otro tipo de información conectado a Internet. Por ende, el uso de celular en la cobertura periodística es primordial para cualquier comunicador que trabaje en la calle” señala Sclauzero.



Para Ayelén Ferreyra, periodista  del sitio web Crónica Z,  productora y administradora de redes sociales, el panorama es más complejo de lo que parece: “En los grandes medios, los trabajadores no están tan involucrados con el uso del celular en las coberturas. No sé si tendrá algo que ver con el tema de la infraestructura, de las comodidades que estos medios les brindan o la rapidez con la que se trabaja en las redacciones. En cambio en Crónica z,  nosotros si trabajamos mucho con el celular. Vamos a cubrir eventos o conferencias y creamos alguna etiqueta –en Twitter- para que los seguidores puedan participar de la cobertura, subiendo fotos y videos.” (…) “Me parece que es muy importante que los periodistas comiencen a usar el teléfono móvil para hacer que sus seguidores también formen parte de lo que se va a cubrir, cosa que no muchos están haciendo. Se habla mucho de coberturas con celulares, pero yo creo que aún esto no está tan en auge”



La contrapartida: comunicación que aísla

Según Claudio Avendaño, Licenciado en Sociología y Doctor en Ciencias de la Comunicación, las nuevas tecnologías son “extremadamente pertinentes” al trabajo periodístico, ya que le permiten al trabajador de prensa reportear y buscar información. Sin embargo, Avendaño plantea un efecto “perverso”, que se genera cuando el periodista deja de reportear y producir contenido, refugiado en la comodidad que brindan los gadgets de la actualidad. Así, confiado en que “todo está en Internet”, deja que sean los dispositivos los que acorten distancias y le faciliten el trabajo. Al respecto, la periodista, movilera de Radio Universidad y el canal televisivo Somos Rosario, Florencia Coll, manifiesta reconocer la pérdida de interés, -tanto de los medios como de sus trabajadores- por la recolección tradicional de la información, aquella que hacía más genuina la tarea periodística: “Hoy yo veo muy difícil poder trabajar sin teléfono, aunque parezca una tontería. No es lo indispensable, podés trabajar sin el, como podés trabajar sin grabador. Son herramientas que vinieron a asomarse en esta época, pero antes había muy buenos periodistas, sin lugar a dudas, que hacían su trabajo muy bien, incluso mucho mejor, consultando más fuentes y yendo al lugar. Hoy se ha perdido el cronista en muchos casos. Hay varios diarios y revistas y una explosión de portales en Internet, que no van a lugar a cubrir los hechos, lo hacen por teléfono. Eso a mi me parece terrible, porque no podes tener una aproximación, por más que la persona te cuente por teléfono todos los detalles y te diga exactamente lo que pasó, si vos no vas y ves con tus propios ojos, escuchás las historias y estás ahí palpando la noticia no es lo mismo. El celular debe acompañar al ser humano, no reemplazarlo”



La tecnología al servicio de la precarización laboral

 El sociólogo y semiólogo argentino Héctor Schmucler, afirma que “la tecnología es orgánica al proyecto del capitalismo contemporáneo”, también llamado globalización. Más aún, dice Schmucler, estas tecnologías se desarrollan porque el modelo socioeconómico las hace posibles.

Siguiendo esta línea, Paula Sibilia plantea al nuevo homen-móvilis como un hombre postorgánico, capaz de trascender su condición biológica “demasiado humana” con la ayuda de las tecnologías digitales. De este modo, los tiempos de las personas ya no les pertenecen, sino que responden a la lógica imperante del mercado, que las necesita a toda hora permanentemente conectadas a dispositivos, reportándose al mundo e informándose de todo lo que ocurre en él. En esta lógica se insertan los grandes medios de comunicación, que deben ajustarse a espacios temporales imposibles, y generar contenidos para sustentarse económicamente.

En este esquema, los trabajadores de prensa muchas veces deben ser multifuncionales: cubrir notas, sacar fotos, llamar fuentes, capturar videos y editarlos, manejar redes sociales y demás. Todo por el mismo sueldo. En este punto converge la autonomía y la precarización.
En tal sentido, Sclauzero expresa: “Si trabajás para televisión, lo que te aporta el celular es que a lo mejor, mientras tu camarógrafo está filmando o sacando fotos de apoyo sobre la crónica en cuestión, vos podes hacer algún complemento, tomando imágenes, haciendo algunos comentarios vía Twitter, Facebook o blog. Obviamente que va a ser más fuerte el impacto del material de televisión que una imagen sacada con el teléfono. Entonces se prioriza eso. Si no tenés camarógrafo de televisión, el celular te brinda una instantaneidad y rapidez que sirve”.

Ayelén Ferreyra en cambio, se inclina a pensar que el periodista solo no puede hacer todo: “Nosotros en Crónica Z trabajamos en equipo: yo hago coberturas con el celular pero siempre voy con un camarógrafo. Me parece que los periodistas tenemos que conocer un poco de todo, saber por ejemplo que hace el camarógrafo y demás, pero no podemos solos hacer todo y hacerlo bien. Es la gran diferencia con los grandes medios”

Siguiendo con este planteo, para Florencia Coll, en el periodismo de la ciudad, la lógica imperante es la económica. “Tengo amigos que trabajan en diarios locales, y muchas veces cuestionan a sus jefes porque no hay plata para pagarles los remises, y por eso tienen que sacar la información de una llamada telefónica” (…) “También esto es producto de la explosión que hubo en las comunicaciones, esto de que una misma persona se produzca, haga notas, vaya al lugar de los hechos, saque fotos, grabe edite el material y se lo publique en un sitio propio. Esta bueno por un lado, pero tiene muchas contradicciones”.

Telefonía celular y un mundo de preguntas

La periodista y máster en periodismo digital del Instituto Universitario de Posgrado de Madrid, Esther Vargas, se pregunta si es suficiente con que un periodista use BlackBerry todo el día y utilice las redes sociales, para que su tarea sea compatible con los requerimientos de los nuevos esquemas mediáticos. La respuesta es seguramente, no. La tarea periodística supera en gran medida a las nuevas tecnologías. Las trasciende porque se dirige hacia lo más profundo. Aquello que se manifiesta como contenido antes que contienente. Para ampliar este concepto, Schmucler señala: “Sí, hoy aseguramos que estamos mucho mejor. Tal vez escaparse un poco de esta trampa de la realidad, si uno le llama realidad a lo dominante, pueda ayudar a reflexionar sobre si realmente estamos tanto mejor con este mundo que se ofrece casi como el logro de la armonía y la perfección justamente a partir de los modelos llamados comunicacionales”.

Sin dudas los dispositivos móviles como los celulares colaboran y complementan el trabajo periodístico, en menor o mayor medida, y es por eso que los comunicadores convocados manifiestan usarlo diariamente como una herramienta con mucho capital para aprovechar, teniendo especial cuidado de no relegar mediante su uso la calidad de la información.

Al respecto, Marcos Palacios, profesor de Periodismo en la Universidad de Bahía adelanta una reflexión a futuro: “Yo creo que en las nuevas tecnologías se da una ruptura de los límites espacio-temporales. Es la primera vez que se puede hacer periodismo sin problemas de límites, para efectos prácticos no hay límites.”



Bibliografía:


  • ·         Shirky, Clay, “Here Comes Everybody: The power of organizing without organizations”
  • ·         Avendaño, Claudio, “Entrevistas sobre tecnologías/identidades/culturas”, Silvana Comba y Edgardo Toledo (comps.), Editorial La Crujía, Buenos Aires, 2011.
  • ·         Schmucler, Héctor, “Entrevistas sobre tecnologías/identidades/culturas”, Silvana Comba y Edgardo Toledo (comps.), Editorial La Crujía, Buenos Aires, 2011.
  • ·         Sibilia, Paula, “El Hombre Postorgánico”, Fondo de Cultura Económica
  • ·         Palacios, Marcos, “Entrevistas sobre tecnologías/identidades/culturas”, Silvana Comba y Edgardo Toledo (comps.), Editorial La Crujía, Buenos Aires, 2011.

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